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Coronavirus

¿Qué tan equitativa es la Justicia en Zoom?

Las audiencias judiciales se están volviendo virtuales en respuesta al coronavirus (COVID-19). Algunos estudios demuestran que pueden producirse resultados más severos para los acusados

An illustration of three buttons for a video conferencing app with the labels: Unmute, Start Video, and Deliver Verdict
Sam Morris/Dmitry Baranovskiy

En la mañana del 18 de mayo, el juez Keith Dean del Tribunal de Distrito del Condado de Collin en Texas agradeció como de costumbre a los posibles jurados que estaban frente a él por realizar su deber cívico. Luego, él y la juez Emily Miskel dieron algunas instrucciones que podrían considerarse como nuevas e inusuales: Pidan a quienes se encuentren con ustedes que salgan de la habitación cuando se los digamos. Manténganse conectados a una toma de corriente. ¡Y no hagan búsquedas del caso en otra pestaña de su navegador!

Este fue lo que los funcionarios consideraban el primer juicio con jurados totalmente en línea del país, el cual se volvió virtual debido a que el coronavirus ha hecho peligroso reunirse en persona en una sala de tribunal. Este fue un caso considerado menor, un juicio sumario de un caso civil contra una compañía de seguros, con un veredicto no vinculante, pero aun así es considerado como un hito. Y a medida que la pandemia mundial se extiende, este experimento de las videoaudiencias también podría hacerlo.

SI bien es novedoso llevar a cabo un juicio completamente en video, algunas jurisdicciones han realizado cierto tipo de videoaudiencias por varios años. ¿Qué es lo que ellos han aprendido sobre los efectos de las videoaudiencias?

Credit:Judge Keith Dean/Collin County District Court, Texas
A still from a video of a jury trial conducted over Zoom
Caption: Una imagen de lo que podría haber sido el primer juicio con jurados realizado completamente en linea.
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Fianzas más altas

La tecnología de video bidireccional ingresó a los tribunales, aunque suene increíble, hace casi 50 años. Illinois utilizó por primera vez un primitivo videoteléfono en algunas audiencias de solicitud de fianza en 1972; en la siguiente década, Filadelfia y el condado de Dade de Florida adoptaron sistemas de televisión de circuito cerrado en algunas comparecencias, según el Centro Nacional de Tribunales del Estado [enlace en inglés]. Ya para mediados de la década de 1990 algunos tribunales transmitían por video, a través de redes computacionales locales (LAN), otros a través de cables de fibra óptica usando un sistema telefónico, y otros tantos por transmisión satelital.

Las videoaudiencias se han usado más comúnmente en las comparecencias iniciales durante juicios previos (también llamadas audiencias de solicitud de fianza) para ahorrar costos y disminuir los riesgos de transportar a los acusados ​​desde la cárcel al tribunal. Para 2009, cuando el Instituto de Justicia Prejudicial analizó [enlace en inglés] los programas de juicio previo existentes en los Estados Unidos, el 57 por ciento de ellos usaba videoconferencias en las audiencias de comparecencia inicial.

Sin embargo, junto con la conveniencia y la eficiencia que ofrecían, hubo algunas consecuencias imprevistas. El condado de Cook, Illinois, comenzó a usar un circuito cerrado de televisión para la mayoría de las audiencias de solicitud fianza en los casos de delitos graves de 1999. Cualquier persona que hubiese sido arrestada en Chicago en las últimas 24 horas fue arrastrada a un centro de detención ubicado en un sótano del tribunal de Chicago, donde ellos aparecieron en rápida secuencia ante un juez en un tribunal que estaba siendo trasmitido por video.

Los abogados defensores lo llamaron una “decisión inhumana” y dijeron que no tuvieron forma de comunicarse directa y privadamente con sus clientes. Los acusados ​​no tuvieron la oportunidad de señalar los errores existentes en sus antecedentes penales, por ejemplo, o de explicar las circunstancias atenuantes que podrían ayudar a sus abogados a argumentar en su favor para lograr su liberación previa al juicio. Se encontró que existía causa probable y se estableció una fianza para cada caso en aproximadamente 30 segundos. Los abogados argumentaron que todo esto iba en contra de los derechos de sus clientes de tener asistencia legal efectiva y de contar con un debido proceso.

Investigadores de la Universidad Northwestern estudiaron [enlace en inglés] el valor de las fianzas asignadas en los casos antes y después de la aparición del video y descubrieron que el cambio de audiencias en persona a videoaudiencias coincidió con un aumento del 51 por ciento, en promedio, en los montos de las fianzas.

En 2006, una demanda colectiva federal contra el Condado de Cook impugnó como inconstitucional el uso de las cámaras de circuito cerrado en las audiencias de fianza. Después de que los investigadores de la universidad publicaron los resultados de su análisis de las fianzas en 2008, la demanda fue puesta en duda porque el condado volvió voluntariamente a las audiencias de solicitud de fianza en persona en los casos de delitos graves.

La manera correcta de juzgar la credibilidad es estando en la habitación con alguien, no a través de la cámera.

Peter Krasta, del la Asociación de Abogados de Defensoría Penal de Pensilvania

El condado de Dade de Florida ha seguido utilizando cámaras de circuito cerrado para las audiencias de solicitud de fianza durante las últimas tres décadas, pero la Oficina de Defensoría Pública trasladó hace varios años a los abogados desde las salas de los tribunales a la cárcel. Los abogados ya no están en la misma sala que el juez, dijo el defensor público del condado Carlos Martínez, sino que cuentan con acceso a sus clientes, lo cual es necesario para realizar su trabajo. (Desde la pandemia, están nuevamente en la sala del tribunal, hablando con sus clientes por teléfono). En un sistema ideal, agregó, las audiencias se realizarían en la cárcel, para que todos estén en un mismo lugar y así el uso del video se volvería innecesario.

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El efecto deshumanizador del video

Las videoaudiencias también dejar a los acusados ​​con una desventaja visual y auditiva, según muestra una investigación. Las personas se deshumanizan cuando se las ve a través de una pantalla, y esto tiene un impacto en los resultados. Algunos estudios han demostrado [enlace en inglés] que las personas son más propensas a ser deportadas en las audiencias de inmigración si aparecen en video que en persona, y las personas que solicitan asilo también tienen menos probabilidades de obtenerlo en video.

Para las personas en un tribunal es tan importane es lo que ven, como lo que escuchan. “La función de audio en algunas tecnologías de videoconferencia utiliza un filtro de ancho de banda medio que corta las frecuencias de voz altas y bajas, generalmente utilizadas para transmitir emociones”, dice un informe de 2015 financiado por el Departamento de Justicia [enlace en inglés] sobre las videoaudiencias. “Esta característica elimina las señales emocionales críticas que pueden ser utilizadas por los funcionarios judiciales para determinar el remordimiento y el carácter del acusado”.

“Ya sea que estés frente a un juez o frente a un jurado, ellos están juzgando tu credibilidad”, dijo Peter Kratsa, presidente de la Asociación de Abogados de Defensoría Penal de Pensilvania, “y la forma de juzgar la credibilidad es estando en la habitación con alguien, no a través de una cámara “.

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Acceso y responsabilidad

La tecnología de videoconferencia puede actuar como un ecualizador. Los defensores públicos pueden ahorrar dinero al no tener que pagar por pasajes aéreos para contar con testigos expertos; los abogados y expertos pueden comparecer en varios tribunales en diferentes jurisdicciones el mismo día. Pero aún existe un umbral tecnológico, por debajo del cual, algunos no están en igualdad de condiciones.

¿Qué pasa si alguien es arrestado, se le concede una fianza, se le asigna una primera cita en el tribunal y no acceso a una computadora para poder asistir? Él o ella podría recibir una orden de arresto y posiblemente ser enviado de vuelta a la cárcel.

“Hay personas sin hogar que no tienen una computadora; hay un 5 o 10 por ciento del total de las personas que no poseen una computadora “, dijo Hal Shuhmacher, Presidente de la Asociación de Abogados de Defensoría Penal de Florida. “Supongo que se puede hacer, pero lo único que esperaría son problemas en potencia”.

Por supuesto, las personas pueden unirse a las videoconferencias usando una línea telefónica regular, pero no poder ver lo que está pasando los deja significativamente en desventaja, en comparación con quienes cuentan con la experiencia audiovisual completa.

La tema del acceso se extiende no solo a los acusados ​​y demandantes, sino también a sus familias, amigos, defensores y al público en general. Según Jamiles Lartey, en un reporte para el Proyecto Marshall [enlace en inglés], informó que los monitores voluntarios de los tribunales, que observan los procedimientos de los tribunales para recopilar datos sobre la fianza y otros asuntos procesales, dicen que no están teniendo acceso a las videoaudiencias desde que comenzó la pandemia.

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Aprehensiones sobre la privacidad

Por otro lado, es delicado el equilibrio entre lo público y lo privado en los tribunales, porque está el público, y luego está lo que es público.

El año pasado Bryce Covert señaló en The Appeal [enlace en inglés] un aspecto problemático de las audiencias de fianzas del condado de Broward, Florida, que se transmiten en vivo en el sitio web del periódico local: “Durante los procedimientos, los jueces deben asegurarse de que las declaraciones se ofrezcan voluntariamente, lo que significa que a menudo preguntarán si un acusado ha sido diagnosticado con una enfermedad mental o si está tomando algún medicamento que le impida ofrecer una declaración de culpabilidad conscientemente”.

¿Qué pasa si … borras tus antecedentes penales, pero todos estos videos aún siguen disponibles…?

Carlos Martínez, Defensor Público del Condado de Dade

En una sala de tribunal abierta, cualquier persona podría entrar en cualquier momento y mirar. ¿Pero acaso eso es lo mismo que transmitir en línea en vivo a todo el planeta, o publicar permanentemente los registros en Youtube? La manera en que las audiencias están siendo registradas y diseminadas podría complicar una gran cantidad de aspectos del proceso.

“Va a hacer más difícil la selección de los jurados, si es que todo va a estar disponible en línea y si cualquiera puede mirar”, dijo Martínez, el defensor público del Condado de Dade. “¿Y qué va a pasar con la eliminación y el cierre de los expedientes legales? ¿Qué pasa si cierras y eliminas tus expedientes legales, pero todos esos videos de todas tus videoaudiencias siguen estando disponibles?”

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Mirando al futuro

Algunos tribunales han reaccionado a la pandemia suspendiendo momentáneamente [enlace en inglés] casi todas sus operaciones y, con ello, el derecho de los acusados de tener un juicio expedito. Existe una enorme presión para que los tribunales comiencen a operar nuevamente, y la forma más segura de hacerlo es por video o por teléfono. Lo que los substitutos tecnológicos de los tribunales permiten varía de estado a estado y cambia cada día. (Vea aquí [enlace en inglés] el seguimiento que hace al respecto el Centro Nacional de Tribunales Estatales.)

Considerando lo repentina que ha sido esta transición, muchos abogados dicen que la crisis del coronavirus sólo es el catalizador en la aceleración de la implementación de aquellos cambios que de todos modos eran inevitables. Algunos administradores de los tribunales ya están diciendo que es muy posible que nunca vuelvan [enlace en inglés] a hacer todo en persona debido al tiempo y dinero que el video permite ahorrar.

Pero si es que es inevitable, dicen los abogados, quieren que se haga bien. Martínez dijo que espera ver un tipo de programa de videoaudiencia que facilite a los abogados mantener conversaciones privadas con sus clientes o el juez. Y quiere saber cómo los abogados podrían interrumpir a sus clientes si es que dicen algo inapropiado, especialmente cuando no sea posible aproximarse físicamente a ellos para hacerlos callar. Ahora mismo, los abogados sólo pueden interrumpir a sus clientes gritando mediante el micrófono de su computador. “Tal vez la tecnología tenga algunas de estas respuestas”, dijo Martínez. “No por ahora”.

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